Las gorditas son un plato tradicional mejicano que se elabora con masa de maíz. En Méjico, antes de cocerse, se rellenan con algún ingrediente como el chicharrón prensado o el queso fresco.
La versión que hoy os muestro la he escogido del libro del mes de marzo 2013 Jaime´s America, aunque está un poco modificada. En el libro hay algunas recetas de inspiración mejicana, ya que en Los Ángeles vive una gran comunidad de esta zona. En realidad, sólo escogí la base de gordita, el resto es un invento propio.
Esta receta, es para un reto con mostaza Maille. En esta ocasión me he decantado por la Dijonnaise, que es una salsa cremosa y más suave que la mostaza de Dijón, perfecta para este plato.
Ingredientes para las gorditas (12 unidades)
- 250 grs de masa de harina de maíz precocida
- 400 ml de agua caliente
- media cucharadita de levadura
- sal
- aceite para freír
Mezclamos la harina con la sal en un bol. Dejamos un hueco en el centro y echamos la levadura y el agua caliente. Mezclamos con un tenedor todo, y luego con las manos seguimos amasando hasta que quede una masa compacta. Hacemos bolitas con la masa y las aplastamos, que queden del tamaño de un vaso de vino. Freímos las gorditas en abundante aceite que estén un poco doradas sólo. Apartamos y dejamos hasta que se enfríen.
Ingredientes para el tartar:
- 300 grs de lomo de salmón (limpio sin espinas ni piel)
- un poco de cilantro
- 1 cucharada de mostaza Dijonnaise de Maille
- un poco menos de zumo de media lima
- manzana verde
- chile
- sal
- pimienta
- aceite
Cortamos el salmón en dados pequeños. Reservamos. Pelamos y cortamos la manzana, la cortamos en dados pequeños del mismo tamaño que los de salmón. Picamos el cilantro. Ahora echamos en el salmón, la manzana, el cilantro y aderezamos con el zumo de lima, la mostaza, la sal, la pimienta y un chorrito de aceite. Mezclamos bien y reservamos.
Procedemos al emplatado (ja ja ja, demasiado Masterchef). Montamos sobre la gordita una cucharada grande de tartar y rematamos con un poco de chile picado. El chile le da ese toque final al tartar, pero no nos podemos pasar por que pica bastante. Y ya podemos servir.
Nota: cuando compremos el salmón, al igual que hacemos cuando vamos a preparar sushi, lo congelamos y cuando lo vayamos a usar lo descongelamos en la nevera durante unas 24 horas.
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