¡Qué calor!. El verano es lo que tiene, que nos vamos derritiendo por las esquinas. Pero por suerte existen las playas, las piscinas, los aires acondicionados... y sobretodo, los helados. Los deliciosos helados nos ayudan a refrescarnos en estos meses para poder hacerlos lo más llevadero posible y de paso alegrar nuestras panzas.
Me encantan los helados caseros. Desde que tengo la heladera de Kitchen Aid, he podido hacer varias recetas buenísimas. Lo que más me gusta de hacer helados en casa, es que son cien por cien caseros y que puedes hacer el sabor que más te plazca y combinarlos con lo que quieras.
Hoy os enseño una receta del libro que os mostré en agosto del año pasado "Sweet cream and sugar cones", el helado de tarta de calabaza o Pumpkin pie ice cream.
Los pasos de la base son iguales que en la receta del mes de agosto añadiendo unos ingredientes, pero el método es el mismo. De todas formas os los vuelvo a indicar y si queréis ver los pasos, podéis mirar el otro post.
Ingredientes:
- 6 yemas de huevo grandes
- 1/2 cucharadita de canela
- 1/2 cucharadita de gengibre
- 3/4 taza de azúcar moreno (muscovado mejor)
- 2 tazas de nata para montar
- 1/2 taza de leche
- 1/2 cucharadita de sal
- 3/4 de puré de calabaza ( unos 200grs)
- 1/2 cucharadita de vainilla.
Podemos usar puré de calabaza en lata o podemos asar una calabaza pequeña en el horno. Si es así, recomiendo hacerlo con anterioridad.
Vamos a hacer la base. En un bol resistente al calor batimos las yemas justo hasta romperlas con la mitad del azúcar, la canela y el jengibre. Dejamos a un lado.
En un cazo, mezclamos la nata, la leche, la sal y el resto del azúcar y lo ponemos a fuego medio-alto. Cuando la mezcla empiece a burbujear por el alrededor del cazo, bajamos el fuego a medio.
Con cuidado, cogemos un cazo y echamos un cucharón de la crema caliente y la añadimos a las yemas que hemos reservado. Batimos con las varillas. Repetimos con otro cucharón y hacemos los mismo. Cogemos toda esa mezcla y la volvemos a añadir al cazo.
Cocinamos la mezcla con cuidado a fuego medio, removiendo constantemente para que el huevo no se cuaje. Aproximadamente 1 o 2 minutos. La mezcla se espesará en este tiempo como una crema. Hay que vigilar que no se cuajen los huevos, es ¡súper importante!!
Pasamos la mezcla a otro recipiente para que no se siga cociendo en el cazo, y la ponemos en otro recipiente grande que tendrá agua fría y hielo para que podamos enfriar la mezcla. Removemos de vez en cuando. Cuando esté fría, tapamos el recipiente con un film transparente y dejamos en la nevera al menos 2 horas o durante toda la noche. Es importante que la crema esté bien fría antes de llevarla a la heladera.
Sacamos la base de la nevera, cogemos la mitad y la mezclamos con el puré de calabaza y la vainilla en un robot de cocina. Añadimos esta mezcla a la base y la removemos bien.
Colocamos nuestra crema en la heladera y mantecamos durante unos 20 minutos (o dependiendo de las instrucciones de cada heladera).
Sacamos el helado y lo ponemos en un recipiente apto para el congelador. Congelamos al menos 4 horas.
Le hemos echado unas nueces por encima y un poco más de canela para intensificar el sabor, pero también le puede ir muy bien, un sirope de caramelo o toffee.
Yo no sé si a Jean Paul le apetece helado, se está burlando de mi o no puede más con la vida. Eso sí, él no sale de su camita.
De momento, me quedo pensando en la próxima receta de helado ¿Qué proponéis??
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