Cuando viajo fuera, por los países del norte, siempre voy por las fruterías por si tienen ruibarbo. El año pasado, cuando estuvimos en Estocolmo, pude traerme a casa un manojo y lo congelé para cuando se me ocurriera una receta. Al final hice este "Pastel de ruibarbo y polenta".
Cuando me preguntan a que sabe el ruibarbo, no sé como definirlo, es como un vegetal, que se usa para hacer dulces, con un toque ácido, parecido a arándano rojo, pero no tan ácido, con unas notas de sabor vegetal al final. ¡Toma ya!
Hace unos años compré una mermelada de ruibarbo y jengibre en Londres, y pensé que podía hacer mi propia versión. Sabe diferente, la mía es más ácida y es por que no dejé el Ruibarbo macerando un par de horas con azúcar, esto ayuda a quitar su acidez.
Antes de nada, tendremos que tener unos cuantos botes de cristal con tapa y esterilizarlos con agua hirviendo unos minutos. Luego los sacamos y los dejamos boca abajo en un paño de cocina, hasta que se enfríen.
Ingredientes 3 o 4 botes:
- 650 grs de ruibarbo
- 600 grs de azúcar
- el jugo de 1 limón
- 30 grs de jengibre rallado
- 625ml de agua
Pelamos y limpiamos bien el ruibarbo. Lo cortamos en trozos de unos 2 cms y si queremos quitarle la acidez los dejamos macerando con el azúcar un par de horas.
Ponemos en una olla el agua a hervir, junto el ruibarbo macerado y lo dejamos hervir unos 30 minutos.
A continuación echamos el zumo de limón y el jengibre rallado y dejamos hirviendo unos 10 minutos más, moviéndolo continuamente para que no se pegue.
Llenamos nuestros botes esterilizados y los dejamos sin tapar hasta que se enfríen.
La mermelada que no vayamos a consumir, la podemos conservar meses. Para ello, volvemos a tapar los botes y los colocamos al baño María que tape todo el bote y dejamos hirviendo 20-30 minutos para que se haga el vacío.