Creo que hace un tiempo, ya comenté que tengo una agenda donde apunto mis recetas pendientes. Son recetas, que tengo ganas de hacer pero nunca encuentro el momento, por que al final no sé por qué, me decido por otras.
Pues estaba yo, uno de esos días por los que me da por mirar libros de cocina para inspirarme, cuando me fijé en una receta de mi libro "Saved by the Cake" de la escritora Marian Keyes. Ya os hablé de este libro hace tiempo, y os enseñé una receta buenísima de cheesecake con mi chocolatina preferida, los Snikers. La receta se llama, "Blokey Snickers Cheesecake loaf" y aún me estoy acordando de su sabor.
La receta que me llamó la atención fue una pavlova que llevaba jengibre y piña. Me acordé de que en mi despensa tenía un bote de mermelada de jengibre nuevecito sin abrir, y aunque la receta se hace con jengibre en conserva, pensé que la mermelada podría servir de igual forma.
¡Ya está!, ya puedo tachar otra de mis recetas pendientes de mi agenda.
Antes de poner la receta, me gustaría explicar de donde procede este postre. Está elaborado con merengue seco, y está denominado así por la bailarina de ballet, Anna Pávlova. Es un pastel crujiente por fuera y cremoso y ligero a la vez. Yo a esta receta más bien le llamaría tarta efímera, por que en cuanto se sirve se tiene que comer, ya que si la guardamos se estropea, y además se tiene que montar en el momento que la vamos a tomar, y es por qué el merengue se humedece y la nata no puede estar mucho tiempo fuera de la nevera.
Ingredientes:
- 3 claras de huevo
- 175grs de azúcar
- 1 cda de maicena
- 1 cdta de vinagre blanco
- 1 cdta de vainilla
- 400 grs de nata para montar
- mermelada de jengibre
- jengibre confitado
- piña natural o de lata
Primero vamos a hacer el merengue. Precalentamos el horno a 80ºC. Preparamos tres círculos en papel de horno de unos 18cms de diámetro (podemos usar unos platos pequeños), los colocamos en bandejas de horno, sin olvidarnos de darle la vuelta al papel para que la tinta quede debajo.
Montamos las claras de huevo a punto de nieve. Cuando empiecen a formar picos, incorporamos poco a poco el azúcar mientras seguimos batiendo. Cuando se formen picos duros y brillantes, echamos el resto del azúcar mezclado con la maicena, y a continuación el vinagre y la vainilla.
Dividimos el merengue en tres partes, para cada círculo y los extendemos con una espátula.
Ahora con la mermelada de jengibre vamos a hacer una especie de sirope. Para ello echamos 3 cucharadas colmadas de mermelada con 150 ml de agua en un cazo. Dejamos que hierva durante 2 o 3 minutos, sacamos y esperamos a que se enfríe.
Montamos la nata. No le echaremos azúcar ya que le vamos a añadir este sirope de jengibre en su lugar. Picamos unos cuantos trozos de jengibre confitado y cortamos a trocitos un trozo de piña.
Vamos a montar la tarta. En primer lugar colocamos una capa de merengue, con cuidado por que es muy frágil. Sobre esta capa, colocamos la nata al jengibre que habíamos montado y añadimos trocitos de jengibre, lo tapamos con otra capa de merengue.
Continuamos así con todas las capas, y acabamos con una capa de nata, jengibre a trocitos y le echamos la piña que habíamos cortado.
¡Y acordaos!, en cuanto la montamos la tenemos que consumir, es una tarta efímera.
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