Es oficial, esta semana empezó el otoño. Otoño añorado, otoño tan deseado. Además se nota, me encanta sentir esa brisa fresca por mi piel, y no sentirme como un adhesivo que se pega a todas partes por culpa del calor húmedo que hace aquí en Barcelona.
Tengo una lista de recetas que tengo pendientes, (igual que tengo una lista de libros pendientes por comprar.) Esas recetas que dices: tengo ganas de hacer esto, y lo tienes en mente, pero no sabes por qué razón acabas haciendo otra cosa totalmente diferente, así que permanece allí, a la espera de que un día sea la elegida.
Eso me ha pasado con el New York Cheesecake. No voy a mentir cuando digo que llevaré unos dos años pensando en hacerlo, pero no veía el momento idóneo, que si ahora es Pascua, que si viene Navidad, Halloween, que si hay una técnica que quiero probar, etc. Mil cosas pasan por mi mente siempre a la hora de cocinar.
¿Cómo hago yo para desterrar una receta a la espera? Combinando dos. Pues se me ocurrió hacer una mermelada especial con calabaza y pensé que quedaría genial sobre un cheesecake, y sobretodo, que quedaría súper otoñal. El resultado, una tarta deliciosa perfecta para nuestras meriendas acompañadas con un buen té o café.
Os dejo primero con la receta de la mermelada de calabaza, jengibre y vainilla.
Ingredientes para la mermelada:
- 2 kg de puré de calabaza ( en la lata o la asamos nosotros mismos)
- 1/2 cucharadita de clavo
- 1/4 cucharadita de canela
- 1/4 cucharadita de jengibre en polvo
- 1 y 1/2 taza de azúcar
- 3 cucharadas de zumo de limón
- 1 vaina de vainilla
- 10 grs de jengibre fresco rallado.
Hacemos un puré con la calabaza o compramos el puré hecho en lata, lo venden en las tiendas donde tienen productos americanos.
Ponemos el puré, con las especies, las semillas de la vainilla, el azúcar y el jengibre fresco en un cazo antiadherente a fuego medio, moviendo todo constantemente. Cuando hierva se pone a fuego bajo y se deja entre 45-60 minutos.
Cogemos unos botes y los esterilizamos en una olla con agua hirviendo durante unos 6 minutos. Una vez fríos, rellenamos los botes con la mermelada, los cerramos y los volvemos a poner a hervir cubiertos completamente de agua durante unos 15 minutos. Los sacamos y los ponemos boca abajo sobre un paño. Dejamos enfriar.
Ingredientes para el Cheesecake:
- 180 grs de galletas tipo Digestive
- 100 grs de mantequilla
- 750 grs de queso crema
- 2 cucharadas de harina
- 150 grs de azúcar
- 3 huevos y 2 yemas L
- 125 grs de crema agria
- ralladura de medio limón
- 1 cucharadita de pasta de vainilla
Precalentamos el horno a 180ºC
En un robot de cocina picamos las galletas. Derretimos la mantequilla y la mezclamos con las galletas picadas. Engrasamos un molde desmoldable de unos 18-20 cm, y colocamos en la base la pasta de galletas, haciendo presión con un cuchara o con un bote. Metemos en el horno y horneamos unos 15 minutos. Sacamos y dejamos enfriar.
Por otro lado, con una velocidad lenta (si lo hacemos rápido puede entrar aire y la tarta se puede resquebrajar) mezclamos el queso con la azúcar. A continuación echamos los huevos y las yemas, uno a uno esperando a que se incorporen del todo. Luego echamos la harina, la ralladura de limón, la vainilla y por último la crema agria. Mezclamos bien, sin sobrebatir.
Añadimos la crema al molde y horneamos durante 15 minutos a 180ºC. Una vez pasado el tiempo, bajamos el horno a 120ºC y horneamos una hora más. Apagamos el horno, dejamos la tarta dentro con la puerta entreabierta para que se enfríe y no sufre un cambio de temperatura muy grande, pues puede afectar a la superficie.
Metemos en la nevera unas horas, hasta que esté fría. Ponemos la mermelada por encima de la tarta.
¡Ya podemos servir!
Siempre aparece Karl Michael por ahí, pero es que no encuentro una figurita chula de bulldog inglés, y no voy a poner a 24kg de perro decorando las tartas jajaj.
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